Bringing the Wars into Our Meditation Practice: A Reflection by Four European Presenters of The 3 Doors

 

Ida Ferdinand, Eva Richter, Mona Sandbaek, Marco Zijlstra

LISTEN TO AUDIO (5 minutes) Read by Temple Crocker 


The wars in Ukraine and the Middle East are heavily reported on in the news on a daily basis. We are not living in the center of those conflicts; we can only imagine what it is to face this degree of violence, destabilization, and loss. And still these events have strong resonance within us and connect us to our sense of a shared humanity. They give rise to difficult questions and impact how we experience our day to day lives. 

We decided to bring this to our weekly meditation practice. We gathered online in late November, after the beginning of the war in Gaza, for two guided meditation sessions. Following the meditations, each person in the group shared how the wars were living in them and what was arising in their practice. Our intention was to open more fully to the pain of those directly impacted by the wars, to reflect on how the suffering of others shows up in ourselves, and to bring compassion to the suffering. 

Bringing Compassion to All Those Affected

When we practiced, each of us found that compassion for those directly encountering brutality and suffering injury or death was readily present. Accessing compassion for those we felt were responsible for the atrocities – political leaders and those committing violence – was more difficult. We did not spend time discussing who each of us thought the perpetrators were and who was ultimately responsible for the wars; that was not the purpose of our gathering. The focus was to explore how the 3 Doors practices could support us to expand our compassion to include all of those involved in the conflict. As we continued our meditation, we found our field of compassion widening. We discovered that experiencing compassion for those we perceived as responsible for the atrocities did not minimize the gravity of their actions or our ability to forcefully condemn their behavior.  

As we continued to explore our relationship with the war, we were aware that not having a thorough understanding of the history of the conflicts hindered our capacity to engage in helpful discussion with others and could also be hurtful to those directly affected by the wars. We asked ourselves: “Do we let ourselves remain uninformed, or do we have an obligation to learn about the facts, circumstances, and perspectives on both sides?”

Many of us voiced our internal conflict in feeling responsible to know what is taking place in Ukraine and in Gaza, while also wanting to mitigate feelings of overwhelm and grief that come with hearing of immense violence and human loss on a daily basis.

Acting from a Place of Connection

In exploring these questions, we recognized that it is not possible and not even desirable to turn away from extraordinary suffering. Each of us must make a decision regarding our level of engagement: how to stay informed, how much news to digest, how to put our care into action. Do we oppose wars in the public sphere in demonstrations? Work behind the scenes with petitions and policy change? Engage in contemplation and prayer? Care directly for the people intimately affected by the war or support organizations that do? Whatever each of us decides, we all rediscovered trust that our practice and being in connection with inner refuge supports us to act authentically from a grounded place of clarity instead of getting lost in a state of outrage, overwhelm, or apathy. 

Fruits of the Practice

While painful and challenging, we found support and healing as we brought the war directly into our meditation practice, expressed our concerns, and shared our emotions and perspectives with one another. We recognize that we have choices that those in the heart of the conflict may not have. Our meditation practice and being in the safe space of community allows us to hold the lives and experiences of those deeply affected by the war while sensing our connection to all humanity, all beings. 

From a place of connection and compassion, strength and clarity, we can make choices that benefit our own liberation and the liberation of others.

 

Photo Credit – Stormy Skies:  Kelly Sikkem

 

Llevar las Guerras a Nuestra Práctica de Meditación: Una Reflexión de Cuatro Presentadores Europeos de Las 3 Puertas

 

Las guerras en Ucrania y Oriente Medio aparecen a diario en las noticias. No vivimos en el centro de esos conflictos; sólo podemos imaginar lo que supone enfrentarse a este grado de violencia, desestabilización y pérdida. Sin embargo, estos acontecimientos tienen una fuerte resonancia en nosotros y nos conectan con nuestro sentido de humanidad compartida. Dan lugar a preguntas difíciles e influyen en nuestra forma de vivir el día a día. 

 

Decidimos llevarlo a nuestra práctica semanal de meditación. Nos reunimos en línea a finales de noviembre, tras el comienzo de la guerra en Gaza, para dos sesiones de meditación guiada. Tras las meditaciones, cada persona del grupo compartió cómo estaban viviendo las guerras y qué estaba surgiendo en su práctica. Nuestra intención era abrirnos más plenamente al dolor de las personas directamente afectadas por las guerras, reflexionar sobre cómo el sufrimiento de los demás se manifiesta en nosotros mismos y aportar compasión al sufrimiento.

 

Llevar la Compasión a Todos los Afectados

Cuando practicamos, cada uno de nosotros se dio cuenta de que la compasión por aquellos que se enfrentaban directamente a la brutalidad y sufrían heridas o la muerte estaba presente de inmediato. En cambio, nos resultó más difícil sentir compasión por quienes considerábamos responsables de las atrocidades: los dirigentes políticos y los autores de la violencia. No dedicamos tiempo a debatir quiénes eran, en opinión de cada uno de nosotros, los autores y los responsables últimos de las guerras; ése no era el objetivo de nuestra reunión. El objetivo era explorar cómo las prácticas de Las 3 Puertas podían ayudarnos a expandir nuestra compasión para incluir a todos los implicados en el conflicto. Mientras seguíamos meditando, descubrimos que nuestro campo de compasión se ampliaba y que sentir compasión por quienes percibíamos como responsables de las atrocidades no minimizaba la gravedad de sus actos ni nuestra capacidad de condenar enérgicamente su comportamiento.

 

A medida que explorábamos nuestra relación con la guerra, éramos conscientes de que no conocer a fondo la historia de los conflictos obstaculizaba nuestra capacidad de entablar un debate útil con los demás y también podía resultar hiriente para los directamente afectados por las guerras. Nos preguntamos: “¿Nos permitimos seguir desinformados o tenemos la obligación de conocer los hechos, las circunstancias y las perspectivas de ambos bandos?”.

 

Muchos de nosotros expresamos nuestro conflicto interno al sentirnos responsables de saber lo que está ocurriendo en Ucrania y en Gaza, y al mismo tiempo querer mitigar los sentimientos de agobio y dolor que conlleva oír hablar a diario de la inmensa violencia y las pérdidas humanas.

 

Actuar Desde la Conexión

Al explorar estas cuestiones, reconocimos que no es posible y ni siquiera deseable apartarse del sufrimiento extraordinario. Cada uno de nosotros debe tomar una decisión sobre su nivel de compromiso: cómo mantenerse informado, cuántas noticias digerir, cómo poner en práctica nuestra preocupación. ¿Nos oponemos a las guerras en la esfera pública con manifestaciones? ¿Trabajamos entre bastidores con peticiones y cambios políticos? ¿Nos dedicamos a la contemplación y la oración? ¿Nos ocupamos directamente de las personas íntimamente afectadas por la guerra o apoyamos a las organizaciones que lo hacen? Decidamos lo que decidamos, todos redescubrimos la confianza en que nuestra práctica y la conexión con nuestro refugio interior nos ayudan a actuar con auténticamente desde un lugar de claridad en lugar de perderse en un estado de indignación, agobio o apatía. 

 

Frutos de la Práctica

Aunque doloroso y desafiante, encontramos apoyo y sanación cuando llevamos la guerra directamente a nuestra práctica de meditación, expresamos nuestras preocupaciones y compartimos nuestras emociones y perspectivas unos con otros. Reconocemos que tenemos opciones que los que están en el corazón del conflicto no tienen. Nuestra práctica de meditación y el hecho de estar en el espacio seguro de la comunidad nos permite sostener las vidas y experiencias de aquellos que se han visto profundamente afectados por la guerra, a la vez que sentimos nuestra conexión con toda la humanidad, con todos los seres. 

 

Desde un lugar de conexión y compasión, fuerza y claridad, podemos tomar decisiones que beneficien nuestra propia liberación y la de los demás.

Crédito de la foto – Stormy Skies:  Kelly Sikkem

EL CORAZÓN INDEFENSO: Anna-Kaisa Hirvanen

En noviembre de 2023 Temple Crocker, editora de diario de la Comunidad de 3 Puertas, entrevistó a Anna-Kaisa, practicante desde hace mucho tiempo, instructora, y actual participante en de 3 Puertas Academie. Lo que sigue se ha extraído de esa reunión y conversación.  

Corría el año 2021, el segundo de la pandemia, cuando Anna-Kaivsa Hirvanen se presentó a la 6ª Academia Norteamericana de Las 3 Puertas. 

“Era colectivamente una época muy difícil y personalmente estaba atravesando verdaderas dificultades. Había estado enferma de COVID y luego de COVID grave. Estaba en crisis. Vi el anuncio de la Academia y sentí la llamada a presentarme. No podía trabajar a causa de mi enfermedad, así que la financiación de la beca era crucial”.

En aquel momento, nadie sabía cuánto duraría la pandemia. Los dos primeros retiros de la Academia iban a tener lugar en línea. 

“Empecé a sentir el apoyo en cuanto me aceptaron. En el primer retiro en línea hubo mucha franqueza y un intercambio genuino. Recuerdo la calidez que emanaba del grupo a través de la pantalla y también de los maestros, Marcy y Gabriel, y la forma en que nos daban espacio. Ya no estaba aislada en mi proceso. Formaba parte de algo que continuaría, no sólo durante un fin de semana, sino durante un tiempo”. 

Woman looking out over water

CONEXIÓN CON EL BUDISMO BÖN

Anna-Kaisa vive en Fiskars, Finlandia. Es practicante budista desde 2005 y conoció a Tenzin Wangyal Rinpoche en 2008. Ese mismo año comenzó una formación de cuatro años en Alemania con los maestros Alejandro Chaoul y Laura Sherkerijian en la práctica de yoga tibetano de Tsa Lung Trul Khor. 

“Sentí una fuerte conexión con Rinpoche como maestro y con el linaje, con una conexión especial con la práctica de Tsa Lung Trul Khor. Tengo formación en somática y movimiento, así que algo encajó en mí. El aspecto físico de la práctica, el energético y el de la mente. Todo estaba ahí.”

En 2009 formó parte de un pequeño grupo de practicantes finlandeses que crearon la Asociación Ligmincha Finlandia. A lo largo de los años, ha sido miembro activo, organizando retiros con Rinpoche y otros maestros, dirigiendo grupos de práctica y formando parte de la Junta Directiva. Anna-Kaisa ha estado instruyendo y enseñando cursos de Tsa Lung y Trul Khor en Finlandia desde 2012, con Alejandro Chaoul como su mentor. 

En 2015 hizo su primera visita al Instituto Lishu en la India, un centro de retiro para occidentales fundado por Tenzin Wangyal Rinpoche para preservar las antiguas enseñanzas budistas Bön. A lo largo de cuatro años, pasó 18 meses estudiando las enseñanzas, rituales y prácticas mediante retiros intensivos y aprendiendo la lengua tibetana. Las frecuentes visitas a Menri, el principal monasterio Bön de la India, fueron una parte importante del programa.  

“Para mí era muy importante conectar con Menri, porque es la fuente de muchos de los maestros del Bön, incluido Tenzin Wangyal Rinpoche. Quería comprender experiencialmente de dónde procedían las enseñanzas y las prácticas.”

PRACTICANDO EN COMUNIDAD

Anna-Kaisa conocía la organización The 3 Doors por aquel entonces, pero no fue hasta la pandemia cuando se convirtió en algo muy interesante para ella. Estaba atravesando un proceso difícil, aprendiendo a afrontar los retos de una enfermedad que le cambiaba la vida. Necesitaba un apoyo profundo para integrar las experiencias más difíciles en su práctica y sintió que la Academia de Las 3 Puertas podía ofrecérselo.  

“Es un trabajo interior profundo tomar conciencia de los patrones habituales en lo que se refiere a nosotros mismos, nuestras relaciones, la cultura y la experiencia colectiva. Para ese trabajo, necesitamos un buen contenedor, un contenedor sabio. Las prácticas de Las 3 Puertas, los maestros, la comunidad de practicantes… proporcionan ese contenedor”.

La Academia abrió para Anna-Kaisa el valor de la comunidad y la importancia de aprender a estar con los demás; practicar juntos, compartir desde el corazón y abrir el propio corazón para escuchar a los demás. 

“Hay tanto aislamiento y soledad en el mundo ahora mismo. La comunidad es la medicina de nuestro tiempo. ¿Cómo podemos estar unos con otros? ¿Cuáles son las posibilidades y potencialidades? ¿Podemos aprender a no tener miedo de los tonos más oscuros de nuestra experiencia cuando surgen? También forman parte de nuestra humanidad”.

En la Academia se pide a los practicantes que se comprometan de forma continua con la autorreflexión y la meditación, y que participen en un proceso de transformación de las limitaciones personales con el apoyo de la propia práctica. Una de las cosas que Anna-Kaisa ha practicado durante su estancia en la Academia es pedir ayuda.

“En la cultura finlandesa a veces falta conexión social. Debido a nuestra historia y a otras condiciones, está muy arraigado el sentimiento de tener que valerse por sí mismo o sobrevivir. Para mí, la Academia ha abierto un verdadero sentido de comunidad; no tenemos que luchar solos. Ya se trate de una cuestión práctica, espiritual o emocional, podemos acudir los unos a los otros. Es muy natural dar y recibir y es algo que podemos practicar”.

ABRIR EL CORAZÓN

Anna-Kaisa reconoce con humildad y humor la tendencia a desconectar de la verdadera naturaleza del corazón y el compromiso continuo que se requiere para volver a la apertura, la calidez y la conexión, una y otra vez. 

“Todavía me sorprenden partes de mí misma que se resisten al proceso de apertura”, ríe, “pero sé que no quiero reforzar la experiencia del corazón cerrado. Estoy aprendiendo a tener el valor de experimentar la vida en su totalidad, a dejarme tocar por el sufrimiento, a respirar con él y a permitir todos los matices de la experiencia. La naturaleza del corazón es abierta, flexible, indefensa. Vuelvo una y otra vez a permitirme sentir curiosidad por el proceso. ¿Estoy dejando que el corazón se abra en este momento?” 

En este momento, la 6ª Academia Norteamericana ha completado dos retiros en línea y tres retiros presenciales. En la primavera de este año participarán en su último retiro y graduación en el Centro de Retiros Serenity Ridge, en Virginia. Cuando Anna-Kaisa reflexiona sobre su paso por la Academia, ve que cada persona no es la misma que cuando empezó el programa. Y reconoce que el camino que han emprendido no termina con la Academia. 

“Puedo ver cómo cada uno de nosotros lleva el fruto de la práctica a nuestras vidas, ya sea en nuestra familia, en nuestro trabajo o en la forma en que compartimos con los demás. Es un gran regalo tener dos años y medio juntos. Y es sólo el principio. Es un proceso que puedo continuar el resto de mi vida”.

 

Bringing the Wars into Our Meditation Practice: A Reflection by Four European Presenters of The 3 Doors

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